¿El PRO es el hermano bobo de la UCR en Chubut?
Por Analissa Del Real
Eso es lo que piensa gran parte del radicalismo chubutense, que volvió a ratificar su alianza con el PRO en Cambiemos. Sin diputados nacionales, legisladores provinciales ni intendentes propios -Ariel Molina de Corcovado, el único que tenía, se fue con Arcioni-, el PRO solo cuenta con un puñado de concejales en Chubut.
Esa es la cuenta que hacen en la UCR, de poderoso pasado provincial y con «el» candidato a gobernador que más mide en las encuestas, a la hora de pensar una negociación electoral con el macrismo local, que juega de visitante. El radicalismo usará el lugar del vice en la fórmula para «cerrar» sus pujas regionales.
Por eso los más realistas en el PRO saben que su chance verdadera es lograr colocar al diputado nacional, posición que desde la Casa Rosada defenderán. Pero incluso esa es una candidatura insegura, que no se dejará «arrebatar» así como así Mario Cimadevilla, duro caudillo del radicalismo chubutense y con posibilidades de ganar la interna partidaria y convertirse en el presidente de la UCR en Chubut.
Aunque ambos partidos apuntan al voto no peronista, el pasado prestigioso en la historia provincial de la UCR en ese segmento y la ínfima imagen positiva del presidente Mauricio Macri en Chubut operan el milagro de que Gustavo Menna tenga una intención de voto considerable y no caiga en las encuestas junto al presidente.
A pesar de la buena voluntad de alguno de sus dirigentes, que fatigan las rutas provinciales recorriendo las localidades del interior, lo cierto es que el macrismo en Chubut aún cuenta con más recursos que votos y sufre las operaciones del diario El Chubut, cuyo corazón radical late cada vez más fuerte.
Sin estructura, sin votos propios y con contados candidatos competitivos -Ana Clara Romero en Comodoro, Sebastián López en Madryn-, el PRO aspira a lograr listas de unidad con el radicalismo que le permitan colocar la mayor cantidad de concejales y por qué no, algún legislador provincial. Pero la UCR sabe que con su amplio despliegue territorial puede ir a internas en todos los municipios y aplastar al PRO, como ya sucedió en 2015.